Fr. Gobbi’s Circular Letter 2002 – Spanish

Ave María Milano: 1º enero 2002

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A LOS RESPONSABLES NACIONALES Y REGIONALES DEL M.S.M.:

Queridísimos,

Al inicio del segundo año del tercer milenio, doy a todos mi afectuoso augurio de paz, de confianza y de gran esperanza.

En el Corazón Inmaculado de María, a la luz del Espíritu Santo, tratemos de comprender los signos de los días que vivimos.

Ya se ha llegado al tiempo de la gran prueba y la Virgen nos ofrece, como refugio seguro, su Corazón Inmaculado.

“Para esto he hecho surgir mi Movimiento Sacerdotal Mariano: porque el Mensaje de Fátima, a menudo contestado y por muchos rechazado, tuviera en sus días su pleno cumplimiento.”

(8 de mayo de 1997)

En el 2001 he podido participar en los Cenáculos Regionales en Brasil, Argentina, Italia, España, Portugal, Eslovenia, Alemania, Irlanda, Escocia, Inglaterra.

He visitado 60 ciudades, con 40 vuelos aéreos, y he presidido 90 Cenáculos, en los que han participado 38 Obispos, 1,800 Sacerdotes y 400,000 Fieles.

En los Ejercicios Espirituales, que se ha tenido en Collevalenza, tomaron parte: 16 Arzobispos y Obispos y 300 Sacerdotes de los cinco continentes.

Durante el año pasado he sufrido mucho por el asesinato, sucedido bajo mis propios ojos, del P. Nazareno Lanciotti, Responsable del M.S.M. en Brasil y unido particularmente a mí. Ahora han recopilado los hechos de su martirio. Confío en su ayuda y en su protección, porque ha sido el primer mártir conocido de nuestro Movimiento.

Les comunico el programa de los Cenáculos que he preparado para este año, cuya realización confío a la Voluntad del Señor y al designio de la Madre Celestial.

1º) EJERCICIOS ESPIRITUALES.

En Collevalenza, del 23 al 29 de junio, en el Santuario del Amor Misericordioso, se tendrán los Ejercicios Espirituales para Obispos y Sacerdotes del M.S.M. de Europa, América, Africa, Asia y Oceanía. A propósito les comunico:

a): Habrá puesto para todos en la misma casa. Se admiten pocos fieles y sólo quien tiene responsabilidad en el M.S.M.

b): Invito a los Sacerdotes a traer intenciones libres de Misa, para ofrecer una ayuda fraterna a quien se encuentra en dificultad con los gastos.

c): [En los Estados Unidos], para todas las informaciones y para las relativas inscripciones dirigirse a:

Rev. Albert G. Roux,

National Director

2º) CENACULOS REGIONALES EN EL EXTERIOR.

No obstante los malestares que aumentan a causa de la edad y de mis precarias condiciones de salud, este año tengo en programa ir: del 15 de enero al 24 de marzo a BRASIL; el 8 de mayo a FATIMA en el 30 aniversario del nacimiento del M.S.M.; del 15 al 30 de mayo a FRANCIA; el 22 de junio a ESLOVENIA; del 30 de agosto al 4 de septiembre a AUSTRIA; del 5 al 30 de septiembre a ALEMANIA; del 12 al 26 de octubre a PORTUGAL.

3º) CENACULOS REGIONALES EN ITALIA.

el 9 abril a GENOVA; el 11abril a BOLONIA; el 16 abril a FLORENCIA; el 18 abril a COLLEVALENZA; el 25 abril a ROMA; el 26 abril a POMPEI; el 29 abril a BARI; el 2 mayo a S. GABRIEL; el 6 mayo a TORINO; el 13 mayo a CARAVAGGIO; el 4 junio a S. VITO; el 8 junio a CALTANA; el 13 junio a LORETO;

del 9 al 23 de noviembre en SICILIA.

4º) EL TIEMPO DE LA GRAN PRUEBA.

“Nunca como en sus días la paz es tan amenazada, porque la lucha de mi Adversario se hace siempre más fuerte, insidiosa, continua y universal.

Han entrado así en el tiempo de la gran prueba.

La gran prueba ha llegado para todos ustedes, mis pobres hijos, tan asediados por Santanás y golpeados por los Espíritus del mal… La gran prueba ha llegado para la Iglesia… La gran prueba ha llegado para toda la humanidad, ya destrozada por la violencia que se difunde, por el odio que destruye, por las guerras que se extienden amenazadoras, de grandes males de los que ya no se logra curar. Cuántos tendrán que sufrir el flagelo del hambre, de la carestía, de la discordia, de las luchas fraticidas que esparcirán tanta sangre sobre sus calles.” (1º de enero de 1993)

5º): EL ALIVIO EN LA GRAN PRUEBA.

  1. a) El Corazón Inmaculado de María:

“Ha llegado el tiempo de la gran prueba, ha llegado también el momento de acudir todos al seguro refugio de mi Corazón Inmaculado. No pierdan el ánimo. Sean fuertes en la esperanza y en la confianza. Yo les he predicho los tiempos que les esperan – tiempos dolorosos y difíciles – precisamente para ayudarles a vivir en la esperanza y en una gran confianza en su Madre Celestial. Cuanto más entrarán en el tiempo de la gran prueba, tanto más experimentarán, de manera extraordinaria, mi presencia de Madre junto a ustedes para ayudarles, para protegerlos, para defenderlos, para consolarlos, para prepararles nuevos días de serenidad y de paz”.

 (1º de enero de 1993)

Y nosotros entramos en este refugio materno con la con-sagración al Corazón Inmaculado de María.

  1. b) Los Cenáculos de Oración.

“Renuevo hoy mi invitación a multiplicar los Cenáculos de oración, pedidos por Mí con tanta insistencia maternal.” (30 de mayo de 1993).

“Ahora sobre todo les pido orar, con fervor y con gozo, por medio del Santo Rosario. El Rosario es el arma que deben usar para combatir y para vencer esta sangrienta batalla; es la cadena de oro que les liga a mi Corazón; es el pararrayos que aleja de ustedes y de sus seres queridos el fuego del castigo; es el medio seguro para tenerme siempre cercana a ustedes.” (1º de mayo de 1983).

“Difundan por todas partes estos Cenáculos, como rayos de luz que bajan a iluminar la tierra, en estos días de gran oscuridad… El Cenáculo espiritual de mi Corazón Inmaculado es el refugio en el cual todos deben entrar, para obtener el don del segundo Pentecostés”. (7 de octubre de 1990).

“Entonces sobre el llanto de la gran prueba bajará el consuelo de la divina presencia del Espíritu Santo, que les conducirá a vivir los acontecimientos que les esperan con confianza, con valor, con esperanza, con serenidad y con amor.

En el fuego sentirán su refrigerio; en el frío su calor; en las tinieblas su luz; en el llanto su consuelo; en el miedo su valor; en la debilidad su fuerza; en el gran sufrimiento su divino alivio. Por esto les invito a unir su oración a la mía, para que pueda descender sobre ustedes el Espíritu del Señor con todos sus dones.

Ven oh Espíritu Santo.

Ven a cambiar la faz de la tierra.

Ven pronto.

Ven ahora que la gran prueba ha llegado.”

 (30 de mayo de 1993)

6º) EL TRIUNFO DESPUES DE LA GRAN PRUEBA.

“Al final, después del tiempo de la gran prueba, les espera el tiempo de la gran paz, del gran gozo, de la gran santidad, del más grande triunfo de Dios en medio de ustedes. Vivan en esta espera, que endulza la amargura de su cotidiano sufrir.”

(1º de enero de 1993)

Es el triunfo de María predicho en Fátima: AL FINAL MI CORAZON INMACULADO TRIUNFARA”!

“Mi Corazón Inmaculado triunfará sobre esta humanidad enferma y materialista, que ha construido una civilización sin Dios y se ha vuelto pagana, casi dos mil años después del primer anuncio del Evangelio.”

“Prediquen la necesidad de la penitencia y de la conversión, del regreso al Señor sobre el camino de la oración y del arrepentimiento… Vayan a buscar a las ovejas perdidas sobre todos los caminos del mundo. Conviertan a los pecadores, sostengan a los inciertos, conduzcan a los perdidos, curen a los enfermos, conforten a los moribundos: a todos donen la gracia y el amor, la salvación y la vida que mi Hijo Jesús les ha obtenido con su pasión y muerte sobre la Cruz. Sean ustedes los apóstoles de esta segunda evangelización, tan pedida por mi Papa.”

(30 de junio de 1994)

“Mi Corazón Inmaculado triunfará sobre la Iglesia en sufrimiento y dividida… Sean los instrumentos de la renovación interior de toda la Iglesia, ustedes que son llamados a ser el corazón nuevo de la nueva Iglesia purificada, iluminada y santificada. Por esto les invito a ser hoy los apóstoles valientes de fe y unidad, de santidad y de amor. Iclínense conmigo a levantar su gran dolor, a poner bálsamo sobre sus tantas heridas abiertas y sangrientas; así llegan a ser para la Iglesia expresión de mi ternura maternal.”

(30 de junio de 1994)

“Mi Corazón Inmaculado triunfará en el más grande triunfo de Jesús, que llevará al mundo a su glorioso Reino de amor, de santidad, de justicia, de paz y hará nuevas todas las cosas.

Abran los corazones a la esperanza. Abran de par en par las puertas a Cristo que viene a ustedes en la gloria. Vivan la hora temerosa de este segundo Adviento. Llegan a ser así los valientes anunciadores de este triunfo, porque ustedes pequeños niños a Mí consagrados, que viven de mi mismo espíritu, son los Apóstoles de los últimos tiempos. Vivan como fieles discípulos de Jesús, en el desprecio del mundo y de ustedes mismos, en la pobreza, en la humildad, en el silencio, en la oración, en la mortificación, en la caridad y en la unión con Dios, mientras son desconocidos y despreciados por el mundo.

Ha llegado el momento de salir de su escondite para ir a iluminar la tierra.”

(31 de diciembre de 1997)

“…Dirigiendo la mirada hacia el futuro, esperamos con confianza el alba de un nuevo Día.

Todos los que trabajan en las vanguardias de la Iglesia son como centinelas en las murallas de la Ciudad de Dios, a los que preguntamos: “Centinela, ¿qué hay de la noche? (Is 21,11), recibiendo la respuesta: “¡Una voz! Tus vigías alzan la voz, a una dan gritos de júbilo, porque con sus propios ojos ven el retorno de Yahvéh a Sión” (Is 52,8) (…)

María, la “Estrella Matutina”, nos ayude a repetir con ardor siempre nuevo el “Fiat” al designio de salvación del Padre, para que todos los pueblos y todas las lenguas puedan ver su gloria (cfr Is 66,18).

(Juan Pablo II: 23 de mayo de 1999)

En el Corazón Inmaculado de María digamos con ardor nuestro SI al designio de salvación del Padre, que se realiza en su Hijo Unigénito, encarnado, muerto sobre la Cruz y Resucitado, porque El es el Viviente, es el Dios con nosotros, sólo El es nuestro Redentor, sólo El es nuestro Salvador.

En estos tiempos la Iglesia debe proclamar a todo el mundo, con la valentía y la fuerza de su testimonio hasta el derramamiento de la sangre, cuanto San Pedro anunciaba ante el Sanedrín: “En ningún otro hay salvación: efectivamente no hay un Nombre dado a los hombres bajo el cielo, en el cual podamos ser salvados si no en JESUCRISTO”(Hechos 4, 12).

Jesucristo es el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin, el Alfa y el Omega, la Estrella luminosa de la Mañana, que nos conduce a vivir el nuevo Día, esperado y preparado de tanto sufrir.

Con María, Madre del Segundo Adviento, a El confiamos nuestra ardiente invocación: “VEN, SEÑOR JESUS”! Así todos los pueblos y las gentes de todas las lenguas verán tu Gloria.

Confío a ustedes, que son los responsables, la tarea de hacer llegar esta carta a los miembros del M.S.M., para que a todos llegue mi afectuoso saludo, con mi bendición sacerdotal.

En el Corazón Inmaculado de María:

Su pequeño hermano

Don Stefano Gobbi